lunes, 25 de mayo de 2020

Los límites de la ciencia





Miguel Pérez Abad

 “…las ingenierías y estudios tecnológicos acaban dándote una sensación de control sobre tu vida en el fondo irreal: sólo te concentras en lo que tiene solución y en las preguntas con respuesta. Y durante años las hallas. Pero, cuando con la madurez descubres que en realidad es imposible controlarlo todo, te desorientas”.

En la actual coyontura que vive el mundo por el Covid 19, la reflexión anterior de Howard Gardner, (neurocientífico y profesor en Harvard), cobra particular relevancia. 
La ciencia es un campo extraordinario que nos ha permitido contar con un desarrollo vertiginoso y exponencial en todas las áreas del quehacer humano. Sin embargo, ha demostrado que su alcance es finito, o al menos en ocasiones, la ciencia necesita más tiempo para dar soluciones: caso Covid 19.
En consecuencia, es válido y sano, reconectarnos con otros campos del saber humano,  como la inteligencia emocional y la espiritualidad manifestada en sus múltiples formas religiosas u otras expresiones culturales de fé. 

“Aumentará la religiosidad en el mundo por la fragilidad del ser humano frente a los límites de la ciencia”, ya lo advirtió Enrique Quemada Clariana, Consejero Delegado de ONEtoOne Corporate Finance en “El mundo tras el virus: 20 cambios”, artículo publicado en la publicación especializada en finanzas Expansión.

La inteligencia emocional y espiritualidad del ser humano tiene un rol insustituible en esta coyuntura. Cultivarla y ejercitarla es de gran beneficio para nuestra salud mental-emocional y en consecuencia, para nuestro salud física (corporal). Hay una prelación en este orden: Mente – Cuerpo.

La psicoinmuneurología ha validado científicamente la relación antes mencionada. Uno de los especialistas que ha hecho aportes claves en este campo es Bruce Lipton, a través de su libro “La biología de las creencias”, donde nos muestra cómo un cambio en el patrón de pensamiento puede afectar positiva o negativamente a las células del cuerpo humano.

Otros utilizan el término bioquímica de las emociones, donde se explica un hecho similar. Emociones positivas, generan sustancias positivas como la dopamina, la cual contraresta los efectos de las sustancias negativas que genera el estrés prolongado por más de 15 días (cortisol) y que debilita nuestro sistema inmunológico.  

Como puede apreciarse, es sumamente importante cultivar emociones sanas para cuidarnos en esta coyuntura, mientras la ciencia se toma su tiempo para ofrecer la solución o en todo caso, algunas alternativas farmacológicas como vacunas o medicamentos para minimizar el impacto del Covid 19. 


miércoles, 13 de mayo de 2020

El libre mercado sucumbirá tras la pandemia



Miguel Pérez Abad



Las circunstancias actuales permiten avizorar que -en un escenario post pandemia- el libre mercado perderá influencia en los Estados / Gobiernos que aún persisten en la práctica de esta propuesta económica.

Dejar en manos del sacrosanto mercado la regulación y el comportamiento de la economía ya no será una opción factible para casi ningún país en el mundo.

Para afrontar la post pandemia, los Estados-Gobiernos más neoliberales tendrán que colgar los hábitos del laissez faire (dejen hacer, dejen pasar), término utilizado para oponerse a intervención gubernamental en los asuntos económicos.

El fetichismo con respecto a mantener un determinado déficit fiscal y un nivel de endeudamiento preestablecido con respecto al PIB, entre otras camisas de fuerza de la llamada ortodoxia económica, va a sucumbir ante las inmensas necesidades de rescatar al mundo tras los efectos del COVID – 19. 

Ya diversos economistas reputados e incluso hasta propios gobernantes han vaticinado el advenimiento de un fuerte gasto público para poder salvar a millones de ciudadanos del desempleo y el hambre post pandemia. 

Y no estamos hablando de los países del tecer mundo o subdesarrollados. Las grandes potencias, EEUU a la cabeza y los países de la Unión Europea, se verán forzadas a invertir cuantiosos recursos en asistencia social y ayudas a sus economías. 

El keynesianismo, teoría del economista británico John Maynard Keynes (1883-1946) que consiste básicamente en la intervención del Estado en la economía a través del gasto público en las épocas de recesión y crisis, estará de vuelta en la agenda económica mundial. Caso contrario, los gobiernos que hagan resistencia a lo inevitable, estarán exponiendo a la desaparición literal de sus economías, sus naciones y habitantes.

Adicionalmente, la postpandemia será oportuna para que la arquitectura financiera internacional, representada por el FMI, el Banco Central Europeo, entre otros, y las potencias como EEUU, China, Alemania, Rusia, India, Brasil y otras naciones con gran influencia en la gobernanza mundial, consideren cooperar para que sea posible la sostenibilidad del planeta tierra, a través del establecimiento un Nuevo Orden Económico Mundial.

Ya un conjunto de académicos holandeses realizó un manifiesto que incluye reformas radicales del desarrollo y la economía post pandemia, basada en el decrecimiento. Algunos de los puntos son complejos por su verticalidad. Aplicarlos requerirá dosificación y progresividad, aunque en algunos casos será imposible. Sin embargo, en esencia el documento recoge la necesidad de que tal como veníamos antes del C19, es insostenible la sobrevivencia del planeta tierra al depredador mas voraz que haya conocido la naturaleza: el hombre.